viernes, 14 de noviembre de 2008

Lα ¡mρOяταηc¡α Ðεŀ αgµα


La vida es agua, sin agua no hay vida


El hecho de que el agua constituya alrededor del 60% del peso corporal en los hombres y cerca del 50% en las mujeres prueba ampliamente su importancia para la vida humana.


El agua es un alimento verdaderamente extraordinario y esencial para la vida: los alimentos y los gases se transportan en medio acuoso, los productos de desecho se expulsan del cuerpo mediante la orina y las heces, el agua regula nuestra temperatura, lubrica nuestras articulaciones y contribuye de forma decisiva a dar estructura y forma al cuerpo mediante la rigidez que proporciona a los tejidos, debido a que este preciado líquido no es comprimible. Además, una correcta hidratación contribuye a mantener la piel tersa y joven, ya que la deshidratación aguda o crónica provoca que la piel se arrugue y resquebraje con facilidad.


Sin duda alguna el agua es indispensable para la vida humana:


-Uso doméstico: En la casa para lavar, cocinar, regar, lavar ropa, etc.·

-Uso industrial: en la industria para curtir, fabricar alimentos, limpieza, generar electricidad, etc.· -Uso agrícola: en la agricultura para irrigar los campos.

-Uso ganadero: en la ganadería para dar de beber a los animales domésticos.

-En la acuicultura: para criar peces y otras especies.

-Uso medicinal: en la medicina para curar enfermedades. Las aguas termales y medicinales son muy abundantes en el Perú. Por ejemplo: los baños del Inca en Cajamarca; los baños de Churín en Lima; los baños de Jesús en Arequipa, etc. Las aguas minerales son de consumo para bebida y contienen sustancias minerales de tipo medicinal. Las principales son las de San Mateo, Socosani, Jesús, etc.

-Uso deportivo: en los deportes como la natación, tabla hawaiana, esquí acuático, canotaje, etc.· --Uso municipal: en las ciudades para riego de parques y jardines


Muchas veces suponemos que, como el agua de la tierra se mueve en ciclo continuo, siempre tendremos la misma cantidad de agua a nuestra disposición. Pero si el hombre continúa contaminándola, destruyendo las cuencas y los bosques protectores, la cantidad de agua dulce disponible va a disminuir. La pérdida será definitiva: el agua, este recurso tan valioso y tan escaso, no podrá servirnos más. Podemos pensar que nuestras decisiones y actitudes no tienen repercusiones, pero con nuestro comportamiento diario podemos contribuir en gran medida a conservar un recurso tan valioso. En primer lugar debemos ahorrar y para ello nada mejor que acostumbrarnos a cosas sencillas como esperar a tener bastante ropa sucia para poner la lavadora, instalar un mecanismo que permita regular la descarga de la cisterna, limpiar el coche con un cubo en lugar de con la manguera, ducharnos en vez de tomar un baño o enjabonarnos y cepillarnos los dientes con el grifo cerrado. También podemos presionar a las autoridades locales para que tomen medidas como revisar las conducciones de agua para evitar fugas o hacer campañas para hacer conciencia y la gente tenga la información necesaria.

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